
Impresiona la reacción que alguien puede tener al ver una simple imagen. En un trazo de colores amigablemente mezclados, se reinterpreta el mito, se reescribe la Historia.
La casa de Asterión (sólo un borrador)
El minotauro, ensimismado, contenía el aliento y dejaba caer una lágrima a cada grito de Teseo. Su falta de hambre había salvado al muchacho, y ahora el muchacho lo podía salvar a él.
Asterión dejó de mirar el horizonte y levantó la espada. Se dirigió al afortunado hombre y arrojó el arma a unos pasos de Teseo. El minotauro lo liberó de las cadenas y le dio la espalda a su pasado, para mirar, en algún lugar desprovisto de paredes, la inmortalidad.
3 comentarios:
no hay un man por ahi con un cuento del mismo nombre?? jejeje
jaja. Si!! es un homenaje a Borges.
Por eso este es sòlo un borrador; por que este relato no es ni siquiera comparable con el del argentino.
No es f�cil imaginar a un minotaurio piadoso pero tu cuento ayuda.
Nunca me gusto la imagen comparar al minotauro con una bestia.
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