lunes, 14 de mayo de 2007

Para los fotógrafos


A su izquierda podrán encontrar una columna de fotos. Ahí, en ese espacio, procuro subir las fotos que, de alguna manera, reflejan quien soy. Hay pocas, es cierto, y se preguntarán porqué. Pues bien, tengo un conflicto extraño e inverosímil con las fotos. En la mayoría salgo mal. Y es que cuando estoy en frente de una cámara, suspiro, muevo las manos, las sacudo, rechazo la invitación para posar pero, finalmente, poso. Si no puedo presentarme natural frente a las cámaras, cómo una foto puede reflejar quién o cómo soy. ¡No puede! Sin embargo, y esto es una barbarie, la fotografía da un sentido ontológico a lo fotografiado. Es decir, frente al público, la imagen de la persona (o cosa) fotografiada se convierte en lo real, cuando verdaderamente sólo aparenta lo real.

Y este razonamiento involucra al aspecto físico también. Es decir, no sólo que la fotografía no retrata personalidades (algo obvio), sino que tampoco retrata fielmente lo físico. Pues la cámara sólo captura poses, sonrisas, ojos bien abiertos para mermar el impacto del flash, músculos faciales tensionados; captura la ansiedad, la vanidad y la verguenza. No, no, ni siquiera reproduce con acierto la realidad física.

Cuando concluí esto, me tranquilicé. Puedo, entonces, aparentar algo que no soy (en las fotografías), pero sólo es una apariencia, y las apriencias engañan e intrigan. Esto último, siempre es más gratificante.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Puesssssss tienes razón :) Y sobre todo en tu caso, no refleja pa nada la realidad jajajajaja

Roberto Moreano dijo...

Gracias natu, yo sé que las fotos son una suerte de extraña y retorcida interpretación. ¡Las fotos son raras!
jaja

Chopán dijo...

las fotos no son raras?? solo porque sale mal dice.. jejeje...

Anónimo dijo...

¿Reflejan quién soy o quien soy? Y sorry, pero ese por qué va separado...